Un fantasma recorre el país desde el primero de diciembre del 2018. El fantasma de la censura, un sólo pensamiento, hostigamiento a la diferencia, una solo voz, que le gustan el culto a la personalidad. Es increíble que las etapas autoritarias del pasado siglo XX mexicano hoy vuelven, desde el púlpito de las marrulleras, donde se exhiben a los periodistas con profundos valores democráticos, y que hicieron la crítica. Sólo Manuel Bartlell Díaz, sabrá los motivos del asesinato de Manuel Buendía Tellezgiron. Dicen que ya no hay servicios de inteligencia, pues hoy es más fácil espiarnos por nuestras redes sociales, con un siempre copypage, hoy los funcionarios de los tres niveles de gobierno se nutren de la información de los opositores, Facebook, twitter, instagram, YouTube. La menor crítica al funcionario de quinta de Morena, puede ser casi tema de estado. El populista discurso no somos iguales, en referencia a los gobiernos neoliberales, son peores. Muchos de hechos se hicieron millonarios, y al someterse al falso mesías, quedan perdonados de todo el daño hecho al país; la lista es grande.
El pasado 7 de agosto, conmemoramos el 48 aniversario del fallecimiento por un accidente doméstico de la escritora Rosario Castellanos,( 25-V-1925-7-VII-1974). Novelista, poeta, cuentista, ensayista; con una importante producción literaria. La Universidad Veracruzana, le publicó parte de su obra, durante el rectorado de Gonzalo Aguirre Beltrán (1908-1996). Hace 50 años, el 11 de febrero de 1971, el presidente Luis Echeverría Álvarez, la designó como Embajadora de México en el Gobierno de Israel. El sábado 7 de los corrientes, por medio de las redes sociales el ministro de Cultura en la embajada de México en el reino de España, el escritor e historiador Jorge F Hernández, anunciaba su cese; sin tardar me comunique había whatsapp con mi amigo, era como en broma. Pues estos últimos años ha hecho un extraordinario trabajo de promoción cultural en la Embajada, una de las más importantes para los gobiernos de México desde 1836.
Y también un extraño parecía que en fin de semana la Cancillería no tardará en enviar un comunicado en términos también muy raro, con muchos conceptos que no correspondía a la personalidad de Jorge F. Hernández; en pocas horas miles de reacciones de amigos y admiradores del editorialista del País. Por Facebook y twitter, se dio la batalla de solidaridad ante la injusticia.
Con Jorge F Hernández, mundialmente conocido, tuvimos el privilegio de conocernos y ser alumnos de los cursos en el Doctorado en el departamento de Historia de América I de la facultad de Geografía y Historia de la Universidad Complutense de Madrid, también con el doctor Arturo Burciaga Campos de la Universidad de Zacatecas. El departamento donde daban clases destacados americanistas, Manuel Ballesteros Gaibrois, conde de Beretta,(1911-2002), Pedro Pérez Herrero, por citar algunos de nuestro maestro. Jorge, era un consagrado torero, amigo del propio Silverio Pérez. Ya con obra públicada en varias casas editoriales como en Fondo de Cultura Económica, amén que por su sangre corre el servicio exterior mexicanos, su padre había sido miembro de la diplomacia mexicana. Escuchar a mi compañero de estudio, cada una de sus participaciones eran unas auténticas cátedras de cultura mexicana, con un exquisito lenguaje. Confirmándose mi procedencia provinciana del golfo de México. Hoy evocó miles de recuerdos como las charlas en el sagrado recinto de un bar “Esperando un amigo” por la zona de la Moncloa. Sin olvidar los encuentros con su amigo del alma Carlos Fuentes (1928-2012).
Uno de los momentos que llevo en corazón, caminado por las calles de la universidad Complutense de Madrid, salir con él, y encontrar un teléfono público para llamar a México, y darle el seguimiento a su último libro, segundo lugar en el premio novela de la editorial Alfaguara, era mayo de 1999; cuando una en una de esas llamadas, el confirman que ya había salido la novela; La emperatriz de Lavapiés, como veracruzano admirador de Agustín Lara (1900-1993), con dicho título, mi imaginación voló. Meses más tarde recibí mi ejemplar. Así que hemos iniciado a leer la obra de Jorge F. Hernández. Y por más de 10 años recibo puntualmente su columna semanal publicada en Milenio y el País; siempre muy agudo en cada uno de sus comentarios.
Su designación como ministro de cultura en la Embajada de México en España, es sin duda un alto reconocimiento a una trayectoria. En dicha embajada otros de letras como Alfonso Reyes, Amado Nervo, y Jorge F. Hernández, han dado brillo a la cultura de México en el exterior.
Es muy lamentable que compañero Marx Arriaga, académico y doctor por la Universidad Complutense de Madrid, amigo personal de la esposa del falso profeta; fue designado como director de la red nacional de bibliotecas públicas del gobierno federal y luego director de materiales educativos de la SEP. Quien se convirtió en un defensor del Comité de defensa revolucionaria de la 4T, miembro del Comité Central de la próxima revolución cultural, según los lineamientos del foro de san pablo. Que no aceptan la menor crítica, a sus discursos incendiarios. Un funcionario de quinta tiene el poder de destituir al ministro de cultura acreditado ante el reino de España. Serán aires dictatoriales en los próximos años. Gracias a las redes sociales hemos salido en defensa al trabajo intelectual de Jorge Fabricio Hernández López.
Este el párrafo que molesto al alumno de Stalin: Por supuesto que se puede leer bajo la muy ideologizada militancia del errado o confundido bibliotecario improvisado que acaba de clamar algo en torno al consumismo capitalista como afán opuesto a quienes creen que leyendo reviven Playa Girón o las heridas de Camboya, cuando en realidad su tufillo más bien apesta a Pol Pot (que no es precisamente un guiso inglés), ese demente que pintó en letras rojas la condena fanática contra todo aquél que llevara lentes, gafas o quevedos de diversa dioptría “pues revelan que se trata de un lector” https://www.milenio.com/opinion/jorge-hernandez/agua-de-azar/por-placer
Jorge F. Hernández, gracias por todo tú apoyo de siempre, saludo a tus hijos.