Es seguro que ayer, nadie, absolutamente nadie, de cualquier modo, hubiera querido estar en los zapatos de Miguel Ángel Yunes Linares… ni en el escaño en donde lo acomodaron: entre los morenos.
La forma más simple de interpretar a Miguel Ángel Yunes Linares es, por un lado, el de la Oposición, de Traidor; por el otro, por el del Partido en el Poder, Congruencia, y si me apuran, hasta sesgos de heroísmo al grado de ser recibido entre aplausos… parece chiste pero no lo es, pero al menos en esta última década, no recuerdo a un político veracruzano que haya sido aplaudido por todos los partidos más que a Yunes… 2016, llevó al PAN y al PRD a la gloria; 2018, MC fue su aliado; 2024, el PRI se unió a esta familia y hoy, Morena lo ovacionó… y luego, a su hijo, quien regresó por la noche al Senado. No era para menos: Votó a favor de la Reforma Judicial.
Por supuesto, no es la primera vez que es catalogado como un Traidor Miguel Ángel Yunes Linares… los priístas así lo calificaron no sólo cuando abandona al otrora partidazo, sino cuando apoyó a Gerardo Buganza para competir por la Gubernatura… Vamos… el escarnio, los descalificativos, estos momentos que pasa y pasará, lo sabe, pasarán…
Pero esta es la forma más simple y sencilla de ver la política: de buenos y malos.
Fidel Herrera lo interpretaba mejor: Arriba del ring se dan los costalazos; abajo del ring, las negociaciones.
Ahora, luego del enfrentamiento entre Marko Cortés y Miyuli y posteriormente con el voto a favor de la Reforma Judicial por parte de Chiquiyunes, lo procedente y lógico por parte del PAN (Federico Salomón en su clásico mutismo, no ha dicho ni pío) es la inmediata expulsión de los Yunes…
Lo otro lógico entonces del escaño yunista, es que Chiquiyunes o Miyuli se declare independiente, por lo que en una de ésas, su voto igual podría tener un peso específico para lo que se venga de aquí en adelante en el Senado.
Pero se decía al principio de lo complicado que es estar en los zapatos de Miguel Ángel Yunes Linares… incluso hubo quienes se percataron del temblor de su mano izquierda mientras estaba en Tribuna… conociendo a Don Miguel, es seguro que eso no era nerviosismo ni nada parecido… recordé incluso los dos Yunes Linares que he conocido: el que era explosivo y luego el implosivo… Ayer, en Tribuna, estoy seguro se mantuvo el implosivo, el que tuvo que pasar el trago amargo, al que no le temblaron las corvas para plantarse allá y defender a su hijo quien como dijimos antes, regresó a su escaño y demostró la capacidad de la Cuarta Transformación, la que no solo borra los pecados partidistas cuando pasas al lado correcto de la historia, sino que ahora hasta cura los males de la espalda… Santo Andrés!
Sí, no debe ser fácil estar en los zapatos de Miguel Ángel Yunes Linares pero más cabrón es estar en los zapatos de otro senador, el de Campeche, Daniel Barreda Pavón, detenido junto con su padre, donde el fuero parece que al Sistema en el Poder, es algo que sencillamente le vale…
¿Héroe, villano o mártir? No es una decisión fácil… pero como dijera alguna ocasión Peñita: ¿Qué hubieran hecho ustedes?