¿Tendrá un lugar para él en su mesón?- La “navidad” es una época realmente muy hermosa. Se podría decir que es la mejor de todo el año.
Tuvimos la oportunidad de estar apreciad@ lector (a), en el Centro Rockefeller,? un complejo de 19 edificios comerciales, que cubre 22 acres entre las calles 48 y 51 de la ciudad de Nueva York.
Construido por la familia Rockefeller, el complejo está situado en Midtown Manhattan. Abarca el área entre la Quinta y la Sexta Avenida. En esta zona se encuentran algunas de las boutiques más lujosas de Nueva York.
El Centro Rockefeller está compuesto de una multitud de tiendas y teatros de gran reputación, como el Radio City Music Hall. En ese sentido, debido a los numerosos decorados navideños de la plaza, es sin lugar a dudas un destino turístico. Existe una pista de patinaje sobre hielo y es colocado en el lugar… un enorme Árbol de Navidad con luces multicolores.
Aquí en Xalapa, los vehículos no paran de circular por toda la ciudad. El tráfico invade las calles y avenidas y las plazas y centros comerciales están abarrotados de ciudadanos, no encuentra uno un solo espacio de estacionamiento. Algunos salen de viaje para encontrarse con sus familiares, pero otros más llegan con el mismo fin.
Seguramente, días antes fuimos por el arbolito. Se han puesto de moda las excursiones navideñas por el rumbo de Las Vigas y La Joya para escoger y cortar el árbol de nuestro agrado. Ir por las compras para la cena de navidad, una muda de ropa para estrenar y los regalos que ofreceremos, son otros de los detalles. En pocas palabras las familias nos encontramos invadidas de paz, fe y esperanza.
Sin embargo, en honor a la verdad, nada de esto es la Navidad cuando nos hemos olvidado de lo realmente trascendental.
En el libro de Lucas capítulo 2, y versículos del 1 al 20 de la Biblia, se encuentra ese verdadero acontecimiento que cambió para siempre el rumbo de la historia, en un antes y un después, es decir, antes de Cristo y después de Cristo, esta historia fascinante es:
El nacimiento de Jesús que dice así:
Capítulo 2: 1 “Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. 2 Este primer censo se hizo siendo Cirenio Gobernador de Siria. 3 E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. 4 Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; 5 para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. 6 Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. 7 Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
Los ángeles y los pastores
8 Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. 9 Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. 10 Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. 12 Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. 13 Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:
14 ¡Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
15 Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. 16 Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17 Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. 18 Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. 19 Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20 Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho”.
De acuerdo a la palabra de Dios, el acontecimiento habla con relación a que, el primer Emperador Romano Augusto César, emitió un edicto, es decir, una orden, mandato o ley que era dada en ese tiempo por la entidad superior con el propósito de dirigir y mantener la localización y distribución de la sociedad.
En los tiempos de Jesús que por cierto el Rey de Judea era Herodes Primero o Herodes el Grande (quien posteriormente mandó matar a todos los inocentes menores de dos años), era común que el censo fuera emitido por el gobernante o figura autoritaria, de forma escrita como declaración oficial. En este caso por el Emperador Augusto César.
En ese sentido, Augusto César ordenó realizar el censo dice la palabra, “en todo el mundo”.
En estos tiempos por ejemplo, en nuestro país, el censo de Población y Vivienda es realizado por el INEGI cada 10 años, luego entonces, el censo es un registro de los ciudadanos existentes en un pueblo o ciudad que se lleva a cabo por medio de números que ayudan a determinar la cantidad de ciudadanos existentes.
En los tiempos de Jesús, cada uno tenía que ir a su ciudad de origen, es decir, si usted vivía por ejemplo en Mérida Yucatán pero nació en la Paz Baja California Sur, hubiese tenido que viajar muchos kilómetros para acudir al censo en su lugar de origen y ser empadronado, es decir, ser Inscrito en el padrón y poder así entrar en el registro oficial en el que constan los habitantes de la población. José y María tenían que pertenecer al padrón de Belén porque María era esposa de José.
Pero hay un detalle muy importante, en ese tiempo no había ADO, de ahí lo valioso que representaba tener un Asno como medio de transporte, pues José y María tuvieron que viajar en su Asno de Nazaret que es un pueblo de Galilea, situado aproximadamente a 120 kilómetros al norte de Jerusalén.
De hecho Nazaret, fue el lugar donde vivieron un promedio de treinta años José y María. Ese lugar fue el escenario de la vida de Jesús, por esta misma razón, Jesús fue llamado “Jesús de Nazaret”, aunque nació en Belén, así mismo, sus discípulos fueron conocidos como nazarenos.
El hecho es que, por lo que ocurrió después del nacimiento de Jesús, podemos ver claramente que Dios tenía un plan para ellos.
Dispone en el corazón de Augusto César un censo que los llevaría hacia el sur… hacia Belén que aunque el camino fue escabroso y de subida, podemos ver claramente que fue para que después de que Jesús naciera sacarlos un poco más hacia el sur y finalmente llevarlos hasta Egipto, lejos de la jurisdicción del Rey Herodes quien quedó en la historia sin lugar a dudas como el más infame asesino de niños en masa.
Hasta aquí, digamos que salvo el viaje escabroso que José y María realizaron de un aproximado de 140 kilómetros en su burrito de Nazaret a Belén no había ningún problema, el problema se suscitó después del nacimiento de Jesús, pero como decía Nana Goya: “esa es otra historia” escrita en el libro de Mateo 1:1-12, es decir, cuando los reyes magos del oriente quienes siguiendo la estrella que los llevaría hasta Belén, querían llegar hasta donde Jesús se encontraba envuelto en pañales en su pesebre, sin embargo, realizaron una escala en Jerusalén y en Jerusalén realizaron una pregunta al Rey Herodes que para nada le gustó: ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el Oriente y venimos a adorarle.
Pero volviendo al principio, María estaba embarazada. En Belén comenzó a sentir los dolores del parto, quizás ahí fue donde se le rompió la fuente, y es muy probable que haya sido el mismo José quien asistió el parto. La palabra de Dios no lo dice pero, José tomó al bebe y lo colocó es muy probable, en una caja de alimento para los animales, quizás le puso un poco de paja y tomó un tramo de tela con la que rápidamente hizo pañales y acostó a Jesús en la caja de madera que la palabra describe como pesebre, que para los cristianos es la representación del nacimiento de Jesús y que habla también del amor de Dios por los hombres, a pesar de que la palabra de Dios dice que no había un lugar para ellos en el mesón.
Por otra parte, en la zona había pastores que velaban por sus ovejas, esto es muy importante porque quiere decir que Jesús nació durante la noche, situación que complica aún más la situación de José y María, y que si los pastores velaban cerca de sus ovejas, es porque no hacia tampoco mucho frio. Fue cuando entonces se apareció el Ángel con gran resplandor, pero si vemos en la palabra de Dios, lo más trascendental es que el Ángel bien pudo haberse aparecido a otros ciudadanos que, a esa hora de la noche, lo más seguro es que dormían, luego entonces el Ángel del Señor busca a los pastores que estaban atentos, en vigilia, eso nos enseña que si queremos ver a Jesús cuando Él regrese, debemos estar atentos, debemos estar en vigilia, listos para recibirle.
Pero los pastores obviamente se espantaron, no cabían en si con aquella imagen tan sorprendente. Ellos no sabían lo que era aquel Ángel que se les aparecía con gran resplandor, nos imaginamos que realmente, la tierra de esa zona se iluminó por completo en virtud de que era la luz de Dios pero es entonces cuando el Ángel les da la buena noticia y les dice: No teman que en la ciudad de David, o sea Belén, les ha nacido un Salvador y que como señal el Ángel les dijo que lo verían envuelto en pañales acostadito en su pesebre.
Eso es lo que ocurre aquí en la tierra porque lo que pasó en ese momento nos hace pensar que en el cielo había fiesta cuando “repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:
14 ¡Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!”
Lo que podemos ver es que Dios, tiene un plan de salvación para los hombres y su plan es perfecto.
Ahora sabemos que Jesús es el hijo de Dios, el dueño y creador del universo, que ha tenido en este momento un nacimiento sobrecogedoramente sencillo. De hecho, si Dios hubiera querido, bien pudo venir estremeciendo al cielo, agitando la tierra y lanzando rayos y centellas. Pero no vino así porque Dios no quería perder a sus hijos, sino ganarnos a través de la salvación.
Jesús quería desde el primer momento de su vida abatir la soberbia humana. Por esto, no solamente se hace un niño de carne y hueso, sino un niño sencillo y humilde, y Dios eligió para Él una Madre sencilla y humilde. Jesús incluso careció de una cuna digna de Él… una cuna en donde José y María pudiera reclinar al recién nacido.
Jesús bien pudo haber nacido en un palacio pero creemos que es más importante reflexionar que, cuando pidieron posada en el mesón “no había lugar para ellos”, podemos pensar en lo increíble de esto, es decir, si las personas del mesón hubieran sabido quien era el que nacía y la trascendencia que tendría en sus vidas, seguramente hubieran sacado todo de su casa y le hubieran dado el mejor lugar, pero no fue así, la palabra es muy clara: “no había lugar para ellos en el mesón”.
Hoy sigue pasando esto todo el tiempo, pensamos en todo y preparamos una cena exquisita y abundante, pero no hay lugar en el corazón para que nazca Jesús, siempre se encuentra lleno de cosas, de ilusiones, de planes, de proyectos, de expectativas, de distractores, viajes de placer, etc. y ciertamente la frase sigue siendo igual: “no hay lugar para ellos”.
Lo bueno es que Jesús no cambia, nos sigue amando profundamente y nos ama no por lo que somos, sino a pesar de lo que somos. Es de cierto admirable como solo necesita un pequeño y sencillo espacio para nacer y eso suficiente para empezar iluminar el resto. Belén era un pueblo insignificante, el pesebre insignificante, pañales insignificantes, pero su nacimiento trajo señales y portentos, al grado que el cielo y la tierra le rindieron adoración desde aquel momento.
Hoy no es la excepción Jesús busca un lugar pequeño y sencillo donde nacer y desde ahí empezar a iluminar su propia vida en su totalidad, pero surge una pregunta importante, ¿tendrá un lugar para él en su mesón?
Que pase usted una muy Feliz Navidad.
https://www.youtube.com/watch?v=wwM9Mnfm3ko