31 de Enero de 2025
Fernando F. Cancela / FRACTAL
¡No bajemos la guardia al Covid!

2022-01-21

 


El Martes 18 de Enero del presente año, fue muy estresante para mi familia.


 


Los primeros días de este 2022 este columnista, mi esposa Vivis y mis hijos Fer y René, nos enfermamos de Influenza Estacional.


 


En ese sentido, estaba preocupado porque reflexioné en mis adentros que quizás se trataba de un posible Covid, aunque no presentamos todos los síntomas, y es que el Covid se acompaña también de otra enfermedad… la Conjuntivitis.


 


Como soy sabedor de estos asuntos, yo mismo realicé mi propio diagnóstico, es decir, sabía perfectamente que por los signos y síntomas que presentaba, no era Covid.


 


Confesar que el día 31 de Diciembre que fue mi cumpleaños, estuve tomando bebidas con hielo y por ahí de la una del primero de Enero, quemamos un simpático viejo que elaboró mi esposa en la calle con el que anteriormente estuvimos bailando para despedir el 2021, también estuve cantando con el karaoke, es decir, teníamos el cuerpo y la garganta calientes y así salimos al exterior cuando era muy probable que estuviéramos a unos 6 grados centígrados.


 


El caso es que, el 2 de Enero, comencé con los síntomas.


 


Inmediatamente me fui a ver a una jovencita y amable doctora de Farmacias Similares de la Avenida México casi esquina con la Avenida Atenas Veracruzana quien me dijo que solo se trataba de Influenza Estacional y que me había visto la garganta inflamada por lo que solamente me mandó Naproxeno y Paracetamol. Creí seriamente también que a lo mejor me mandaría un antibiótico por si tuviera alguna infección agregada pero no presenté hipertermia, es más, en ese momento tenía 37 grados centígrados, es decir, casi normal, situación que era indicador de que no había infección.


 


Pero lo que si presentaba era una terrible culpa porque a pesar de que me aislé por lo menos un 50 por ciento, incluso, hasta adentro de casa porté cubre-bocas, contaminé a toda mi familia quienes por ahí del 5 de Enero comenzaron también con la Influenza Estacional de la que solo nos quedó hasta la fecha, mucha tos que hemos estado combatiendo con jarabe y paletas de Propóleo que, como usted bien sabe, es un mineral compuesto con resina (secreción orgánica de algunos árboles) que sirve como antiséptico, antiviral y antiinflamatorio, y que las venden con el Dr. Simi.


 


Pero mi hijo René de 22 años es Autista y le cuesta trabajo expectorar, no sabe cómo hacerlo, le cuesta mucho trabajo y obviamente la tos no lo deja, por lo que comenzamos a reflexionar en un probable Covid.


 


Fue así que, este Martes 18 de Enero, llevamos a René a Farmacias del Ahorro que está en la esquina que forman las Avenidas Lázaro Cárdenas e Ismael Cristi, para que le realizaran la Prueba rápida de diagnóstico in vitro para la detección cualitativa del Antígeno (Ag) del SARS CoV-2 donde había una fila de pacientes antes que René de por lo menos quince personas.


 


Pagamos en la caja de la farmacia que por cierto si llegara a necesitar el servicio para algún familiar o amigo, dicha prueba tiene un costo de 299 pesos. Hasta que llegó nuestro turno.


 


Cuando pasamos, un doctor o químico no le pregunté pero trató a René muy bien, es muy amable; obvio que mi hijo René por su situación de Autismo es como un niño que de momento no se dejó introducir el hisopo por las fosas nasales, hasta que tuve la idea de decirle las palabras mágicas que él quería escuchar, -René si te portas bien y permites que el doctor te haga la prueba, saliendo te compro unas papas-, y es que para René las papas fritas son como un suculento manjar.


 


Santo remedio, René se dejó muy bien y como a los 25 minutos nos entregaron el resultado que bendito sea Dios, salió negativo al Covid, incluso, habíamos reflexionado que si salía positivo, era muy probable que nosotros también lo tuviéramos en virtud de que todo el tiempo lo andamos apapachando, luego entonces, tendríamos que realizarnos la prueba también para iniciar con la cuarentena y el tratamiento específico.


 


El caso es que dicha situación nos mantuvo sin duda bajo mucho estrés.


 


Y bueno apreciado lector (a), el motivo fundamental de ofrecer este testimonio es para sugerirle respetuosamente que por ningún motivo debemos bajar la guardia. Tengo el presentimiento de que estamos minimizando la situación y déjeme decirle que es muy probable que las elevadas cifras que últimamente presentamos en nuestro país, sean por las fiestas decembrinas que al calor de la familia pierde uno la sana distancia, y la variante Ómicron por ejemplo, es altamente contagiosa.


 


Echémosle muchas ganas todos juntos con el uso del cubre-bocas, el gel antibacterial y en la medida de lo posible la sana distancia. Ya habíamos logrado que Xalapa estuviera en verde pero con este tercer rebrote ahora nos encontramos en semáforo epidemiológico amarillo, y con la esperanza de que no suba al color naranja e incluso… el rojo.


 


Cuídese mucho apreciado lector (a), y que Dios lo bendiga siempre.


 


*** Para hombres y mujeres de fe.- En el libro Génesis capítulo 42 y versículos del 1 al 38 se encuentra una historia hermosa: “Los hermanos de José vienen por alimentos”.


 


Y es que si usted recuerda, José “El Soñador” fue odiado por sus hermanos al grado de que lo echaron en un hondo foso y posteriormente lo vendieron a egipcios, fue acosado sexualmente por la esposa de Potifar (el oficial de la corte egipcia y jefe de la guardia del faraón. Según Génesis, era un hombre muy rico y amo de José), posteriormente la despechada y rencorosa esposa de Potifar, lo culpó por no cumplir con sus más bajos instintos y fue encarcelado, en pocas palabras, si existieron hombres de la Biblia que sufrieron esos fueron nuestro Señor Jesucristo y José.   


 


Pero en esta parte de la historia, Jacob papá de José, envía a sus hijos a Egipto a comprar grano pues había comenzado la hambruna que José había interpretado en los sueños del Faraón; con José eran 12 hermanos (de ahí provienen las 12 tribus de Israel). Pero llegaron a Egipto solamente 10 hermanos que se inclinaron ante José quien precisamente por adivinar los sueños del Faraón ahora era el Gobernador de Egipto.


 


Luego entonces, José hace acusaciones ásperas en contra de sus hermanos, encarcela a Simeón y manda de regreso a sus otros hermanos para buscar al más chico de ellos, es decir, Benjamín.


 


Es entonces cuando Jacob noto una extraña expresión entre los hermanos cuando Egipto es mencionado, ya que los hermanos sabían que lo más probable es que José hubiese sido vendido como esclavo allí.


 


Sus conciencias los hacían sentirse mal, la palabra Egipto debió haber rezumbado en sus oídos, trayendo las imágenes del pecado cometido a sus memorias.


 


Los hermanos de José habían vivido con el terrible secreto de vender a su propio hermano durante 20 años, nunca se habló de ello pero tampoco nunca los dejo, cualquier mención de José o de Egipto traía a relucir ese sentimiento de culpa.


 


En ese sentido, puede darse cuenta del poder terrible de los pecados no confesados. 20 años atrás los hermanos habían regresado a casa sin José, ahora regresaban sin Simeón, dándole a su padre y familia una gran pena. Los malos recuerdos de sus pecados los perseguían y torturaban.


 


Tal vez alguna vez nosotros nos hemos sentido así... tal vez también nos ha ahogado el sentimiento de culpa por algo que creemos es inconfesable e imperdonable.


 


El pecado es un aguijón venenoso que al picarnos nos carcome y envenena poco a poco, a veces hasta la muerte emocional, espiritual o física. Es un pozo sin fondo que nos lleva cada vez a profundidades más bajas. Y solo existe una manera de ser libres de ello y eso es confesarlo.


 


El libro de Santiago 5:16 dice así: “Confiesen sus pecados unos a otros, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es muy poderosa y efectiva”.


 


La vergüenza y la culpa nos pueden detener, nos paralizan, nos mantienen con los ojos clavados en el suelo, pero la palabra de Dios nos dice que: “Si confesamos nuestros pecados Dios es fiel y justo para perdonar pecados” (Primera de Juan 1:9). Luego entonces, Jesús vino para sacarnos del pozo y darnos libertad, solo tenemos que confesar y creer en su obra hecha en la cruz. 


 


*** El Observador.- Muchas gracias Señor porque lo de mi hijo René no fue Covid. Gracias Dios y Padre amado porque tú eres bueno todo el tiempo.


 


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