Juan Javier Gómez Cazarín. / Parlamento Veracruz.
*El ruido del tren*
2020-04-13
Dicen los que saben de publicidad que uno de los riesgos de repetir un mensaje una y otra vez de manera interminable es crear en los receptores un efecto de habituacio?n. Por muy contundente que sea una advertencia, si no es renovada, creara? fatiga y terminaremos por no hacerle caso. Es como si despue?s de un tiempo de vivir cerca de las vi?as, el ruido del tren terminara por no despertarnos a media madrugada.
Es tiempo de evitar que eso nos pase con la contingencia del coronavirus. Despue?s de algunas semanas encerradas y encerrados en casa o saliendo de ella, con las medidas de seguridad adecuadas, parece existir una tendencia natural humana a empezar a desestimar el peligro.
Empezamos a pensar: si nadie de mi casa se ha enfermado, si hay quienes siguen haciendo su vida normal sin aparentes consecuencias, si no conozco a nadie que este? en el hospital, entonces quiza? el Gobierno esta? exagerando y, despue?s de todo, el peligro no es tan grave.
Las ima?genes de cada?veres en las calles de Ecuador, las fosas comunes en Nueva York abiertas con retroexcavadoras, las plazas vaci?as de Roma, los cruceros de lujo errantes como barcos fantasmas en busca de un puerto que acepte recibirlos, se equiparan en la mente de algunas personas a una ciencia ficcio?n lejana a nuestra realidad cotidiana, como si un indestructible actor de cine combatiera zombis, alieni?genas o dinosaurios vueltos a la vida. Algo que nunca nos va a pasar a nosotros, sentados de forma segura frente a nuestro televisor.
Pero esas ima?genes no son ciencia ficcio?n ni el Gobierno esta? exagerando. Esos pai?ses esta?n en una fase de la contingencia que nos alcanzara? a nosotros, con la diferencia de que nosotros si? estamos a tiempo de evitar esas consecuencias. Igual que cuando azota un norte en Tuxpan y los de Xalapa y Veracruz sabemos que ese mismo vendaval nos tocara? en pocas horas.
Asi? que la advertencia es cierta: si bajamos la guardia se puede salir de control la pandemia.
Es cierto que muchas y muchos tienen que salir de casa por necesidad de ganarse la vida y merecen nuestra solidaridad, pero lo es que ningu?n paseo en la playa o ninguna fiesta, –para los que ya habra? tiempo- vale la pena si provoca la muerte de alguien.
Estoy convencido de que debemos redoblar nuestro esfuerzo y atender a las recomendaciones del Gobierno de Me?xico y de Veracruz, encabezados por el presidente Andre?s Manuel Lo?pez Obrador y el gobernador Cuitla?huac Garci?a Jime?nez.
No esta?n exagerando cuando este lunes se firmo? el convenio para que hospitales privados acepten pacientes –sin coronavirus- de los servicios pu?blicos de salud en sus camas y asi? despejar los hospitales pu?blicos para dedicarlos exclusivamente a la pandemia. En Veracruz, por ejemplo, ya se habla de habilitar el velo?dromo como hospital de campan?a y se acelero?, a trave?s del DIF y por gestio?n de diputadas y diputados, la entrega de 25 unidades de transporte de salud. Tampoco es ocioso que se haya habilitado el hospital de especialidades de Coatzacoalcos, para cuando el hospital regional se sature.
Vienen semanas difi?ciles. Sin caer en pa?nico, cuide?monos todas y todos. Evitemos lo evitable. *Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinacio?n Poli?tica del Congreso del Estado.
Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de Bitácora del Golfo