Roberto Sanchez Escalante / VAUDEVILLE
Lealtad: Un camino de dos vías
2018-05-14
La lealtad es una virtud que tiende a desaparecer porque ha sido pervertida por aquellos que la confunden con sometimiento, obediencia, docilidad y hasta esclavitud.
La lealtad, per se, debe ser una ruta de dos vías, hay que ser leal con quien a cambio es leal contigo, de otro modo no puede explicarse en el sentido más puro de la palabra.
La lealtad también es motivo de comercialización, la lealtad debe pagarse, tiene precio y se merca, se compra y se vende y su máximo grado de pureza se logra cuando la paga es en la misma moneda, es decir, lealtad pagada con lealtad.
Si a cambio de lealtad no se recibe el pago suficiente en especie de las mismas características no es desleal buscar otros derroteros donde las condiciones sean las mismas para quien da y quien recibe lealtad.
Lealtad no es sinónimo de gratitud, ni deslealtad es sinónimo de traición el ingrato es aquel que no es leal con quien le ha mostrado lealtad y el traidor el que es desleal con quien fue leal con el, este juego de palabras aplicado a la vida cotidiana justifica algunas actitudes distorcionadamente señaladas como lealtades y deslealtades.
Esta reflexión viene al caso por las acusaciones de deslealtad con las que se etiqueta a aquellos que en la legítima búsqueda de su bienestar, de su futuro y de sus convicciones da un viraje en un golpe brusco de timón en busca de mejor destino en tratándose de política, de partidos, de ideologías de convicciones y de candidatos.
Quienes donde militaban además de ser tratados con mentira, ingratitud, traicion, engaño, felonia son envidiados, obstruidos, despreciados no pueden ser llamados desleales.
Y si además en la búsqueda de un nuevo espacio para dar y recibir lealtad el entorno a donde se llega es grato, agradable, cómodo y respiras lisura, sinceridad, afecto, te sabes bien venido y sientes que en cuanto llegas eres parte del equipo, la lealtad se da por generación expontanea y se convertirá en gratitud en un acto simultáneo.
Estoy cierto de que no me he equívocado en entregarle a MIGUEL ÁNGEL YUNES MÁRQUEZ mi esfuerzo,
mi modesto capital político, mi prestigio, mi reputación y por supuesto mi lealtad, muy agradecido por la forma en que se me recibió....nobleza obliga.
Invitó a seguirme en esta nueva aventura, que no tiene posibilidad de fracasó, al lado de MAYM, a mis amigos, a quienes me distinguen leyendo mis colaboraciones en ENTORNO POLITICO, a mis ex compañeros de partido que han recibido desprecios y malos tratos y han sido usados y manipulados, a mis compañeros EX A TEC a los clientes de mis negocios, a mis vecinos de EMILIANO ZAPATA, a mis compañeros empresarios, a quienes alguna vez les serví, a quienes ayude, a quienes fui útil alguna vez y a todos aquellos que deseen un mejor futuro para Veracruz.
Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de Bitácora del Golfo