La discusión que tuvieron Marko Cortés y Javier Lozano, aderezada con la intervención del ex panista Felipe Calderón, puede tener dos ópticas que igual gusten o disgusten tanto a la militancia azul como a la opinión pública interesada en los menesteres de la oposición.
La primera óptica es la positiva. Las derrotas y tropiezos que vienen acumulando los azules desde 2012 a la fecha, es posible que hayan colmado el plato de la prudencia con que muchos militantes se venían alimentando para tener que desfogarse, reventar, explotar… en sí, no deja de ser bueno porque a veces el “institucionalismo” permite que las dirigencias abusen de su ejercicio en el poder partidista.
Uno como opinión pública agradece a Javier Lozano haberle dicho en su cara a Marko Cortés lo que muchos panistas piensan pero por “conservadores”, “agachados”, “sumisos” o “prudentes”, callan.
Es bueno que se digan sus cosas y que también Markos Cortés responda… el asunto es que quizás no era el lugar indicado para desahogarse (ésa es la óptica negativa, porque los trapos sucios, se lavan en casa); pero bueno, ya se regó el tepache y lo mejor que pueden hacer los panistas es llevar esta discusión que abrieron Lozano y Cortés, a casa, con sus consejeros, y si es posible, con militantes y simpatizantes… las circunstancias obligan al partido a una disipación de dudas, una purga de resentimientos, un desfogue de pasiones, y sobre todas las cosas, la reconciliación para entender en dónde se ha trabajado bien para replicarlo; y en qué se ha fallado, para no repetirlo.
Una de las críticas que la Opinión Pública ha marcado y remarcado Javier Lozano, es la “Pluri” en el Senado de Marko Cortés.
En lo particular, a mí no me hace ruido que un dirigente de partido se apunte en las listas de “Pluris” siempre y cuando tenga las tablas para ello, su militancia lo apruebe, y su trabajo lo avale. Entendamos “Trabajo” no sólo en cuestión de votos, sino en posicionamientos, en atender a todos y cada uno de los militantes de su partido, ser conciliador y no sectarista o afín a un “ismo” así como una buena imagen ante la Opinión Pública.
Visto desde ese ángulo, ¿el lector cree que Marko Cortés merece la “Pluri”? O bien, ¿igual se la merece Alito Moreno?
Aterricemos en Veracruz: ¿Sergio Gil se merece la Pluri que lo llevará al Congreso de la Unión?
Yo nada más le pondría otro “Pero” a las “Pluris” de los dirigentes de partido… ¿Por qué no dar prioridad a los candidatos a la Presidencia y Gubernaturas, por citar el ejemplo más reciente, y ponerlos como Uno, en cualquiera de las Pluris? Disculpen, pero los muchos o pocos votos que logró el PAN y PRI de un modo u otro, pues se deben a la figura de Pepe Yunes a quien (insisto) siendo la mejor carta que en muchos años ha tenido el PRI, y además de su vasta experiencia en la función pública, se desperdicia su figura en el vacío que deja la derrota mientras otros, sin sudarla ni pujarla, ya tienen curul…
Así entonces, empezando por arriba, el ejercicio de crítica interna y de renovación total tiene que replicarse abajo… como por ejemplo en Veracruz.
Aquí, en la entidad, hay voces que piden la renovación azul de la dirigencia, ya sea por los nulos resultados o por la pasividad de su líder, pero le agregan un ingrediente más: ¡Apostarle a las mujeres! ¡Sí! Que haya una Dirigente azul porque si mal no se recuerda, siendo uno de los partidos más viejos en la historia de México, sus riendas jamás las ha tomado una mujer… bueno, sí, Cecilia Romero ha sido la única dirigente nacional que el PAN ha tenido… por dos meses.
La crítica interna, la renovación total, ¿y por qué no? una mujer al frente del PAN no le caería mal a esta oposición con miras al 2025… Ya Javier Lozano y Marko Cortés dieron un paso (a huevo pero lo dieron)… hay que sacarle provecho a su catarsis.