Por la aplicación del Reglamento de la Ley General para el Control del Tabaco, el sector comercial y de servicios, principalmente el restaurantero de la capital del estado reporta la caída del 30% en sus ventas, informó Fernando Arana Watty, presidente del Consejo Empresarial Metropolitano (CEM) de Xalapa.
En entrevista, el dirigente empresarial xalapeño, mencionó que está situación afecta a todo el comercio en general, al imponer restricciones a la gente que acude a ellos, al no permitirles fumar ni dentro ni fuera de los establecimientos.
“Específicamente en la parte de servicios, podemos ver que en los hoteles está prohibido fumar en cualquiera de sus áreas, ni en la parte de la alberca, aunque es un área libre se puede fumar. Ha sido complicado realmente (la puesta en vigor de dicha norma”, añadió el empresario.
Y es que dicha normativa entró en vigor el pasado 15 de enero del año en curso, la cual establece la aplicación de multas que van desde los 60 mil pesos y hasta medio millón de pesos o la clausura del negocio, de detectársele a personas consumiendo tabaco en los negocios.
“Por las distancias es muy complicado en un restaurante que una persona fume; la gente no se puede salir a fumar a la puerta y banqueta como podían hacerlo antes; ahora tienen que estar 10 metros de distancia o es la acera de frente, pero con la nueva normativa, esto ya no ya puede hacerse, porque hay otro comercio o es el camellón de en medio”, explicó el dirigente empresarial.
En su opinión consideró que estas reglamentaciones dificultan que el cliente permanezca en los restaurantes o en los bares, “por ello han notado que los comensales optan que retirarse. “La gente no fuma y se va y esto ha repercutido en una disminución de un 30% del ticket del consumo”.
Finalmente, calificó de excesiva y complicada la aplicación de esta ley, porque los propietarios o empleados no pueden hacerse de la vista gorda, porque es el mismo público quien saca los cigarrros y no se puede tener personal que esté vigilando esas áreas del hotel para instarlos a que apaguen sus cigarros, lo cual es costoso y pega directamente a los empresarios.
En cuanto hace a la parte comercial, las tiendas de autoservicio, no pueden exhibir el producto, afectando la libre competencia si se da una nueva marca de cigarros, al no poder publicitar ninguna marca nueva y mucho menos exhibirlos y la gente compraría los que conoce, dijo por último.