Ser solidarios con quienes no tienen lo necesario para vivir pide la Arquidiócesis de Xalapa
XALAPA, Ver., 04 de diciembre de 2022.- La Arquidiócesis de Xalapa pidió que la proximidad de la Navidad ayude a desechar lo superficial y a vivir con lo necesario y fundamental, que la experiencia de la cercanía de Dios mueva a cultivar más el ser que el tener y ayude a ser solidarios con los demás y con quienes no tienen lo necesario para vivir.
Al referirse al segundo domingo de Adviento, que celebra la Iglesia Católica con motivo de las fiestas navideñas, invitó a la conversión total, porque con el pecado todo nuestro ser se transforma y se corrompe. “La conversión toca toda nuestra existencia y nos lleva a vivir y a actuar conforme a la voluntad de Dios”, se señala en el comunicado dominical emitido por la Oficina de Comunicación Social de esta asociación religiosa.
En el documento, signado por el presbítero José Manuel Suazo Reyes, vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, se indica que los católicos se están preparando para recibir al Señor que viene y que el mensaje es muy claro: “Conviértanse porque está cerca el reino de los cielos” pues el que se acerca es el mismo Hijo de Dios que viene al mundo para ofrecer gratuitamente su salvación.
“La llegada del Señor en este periodo no puede pasar desapercibida en nuestras vidas, su presencia luminosa es una invitación a entrar en un periodo de renovación interior; es necesario dejarnos iluminar por su palabra y dejarnos interpelar por los signos que la acompañan. Desde esta perspectiva, la llamada de Juan Bautista a la conversión resulta muy apropiada en este periodo previo a la navidad, en el que celebraremos el nacimiento de Jesús”.
Refiere que mediante la conversión cristiana uno se vuelve a Dios y empieza a actuar conforme a su voluntad y al proyecto de vida que ha revelado por medio de su Hijo Jesús. “Desde luego la conversión no es sólo esfuerzo humano es también una gracia que Dios nos regala, con la ayuda de su misericordia es como nosotros podemos responder generosamente al llamado de Dios”.
Finalmente, se recuerda que, como Juan el Bautista, se necesita crear también el propio desierto y alejarse de tanto ruido que aturde, “es decir necesitamos favorecer un ambiente de silencio interior que nos ayude a encontrarnos con Dios, con nuestros hermanos y con la realidad que nos rodea”.